La industria del automóvil es una potencia económica en Europa. Probablemente todos los países europeos dependen de la industria automovilística, con fábricas que producen miles de coches al año, lo que la convierte en uno de los mayores empleadores. Por desgracia, la industria del automóvil ya no prospera. Principalmente porque la mayoría de las empresas automovilísticas están intentando obligar a la gente a conducir coches eléctricos. El Green Deal es básicamente la dirección que el mundo entero debería estar tomando, pero como podemos ver, esto sólo se aplica a Europa. Muchas personas sólo verán esto como un intento de suicidio económico en Europa. La industria automovilística europea está siendo expulsada del negocio.

Una de las mayores empresas automovilísticas ya está empezando lentamente a cerrar plantas. Se esperaba que todo el mundo quisiera coches eléctricos, pero ocurre todo lo contrario. Las diversas subvenciones que los países europeos están utilizando para incitar a sus ciudadanos a comprar vehículos eléctricos no están ayudando a aumentar las ventas. El impulso a favor de los vehículos eléctricos en detrimento de los motores de combustión interna se debe a que éstos contaminan el aire. Se supone que los vehículos eléctricos son neutros en carbono y muy respetuosos con el medio ambiente. Desgraciadamente, mucha gente ya no se da cuenta de que la electricidad que alimenta los vehículos eléctricos tiene que producirse en algún sitio.

Europa, especialmente la República Checa, no está preparada en absoluto para el hecho de que, básicamente, algún día todo el mundo conducirá coches eléctricos. Por un lado, Europa obliga a sus ciudadanos a comprar coches eléctricos; por otro, las centrales eléctricas más ineficientes están a punto de cerrarse. Se tarda unos minutos en repostar gasolina, mientras que se tarda al menos media hora en cargar un coche. Además, la red de cargadores disponibles no es suficiente. La recarga en zonas residenciales también es problemática, y muchos usuarios de vehículos eléctricos ya han compartido experiencias negativas. Muchos propietarios de coches eléctricos no volverán a comprar un coche de este tipo. Otro problema es que no hay electricidad suficiente para cargar todos los coches. ¿Adónde vamos con este tipo de ideas?

La industria del automóvil es una potencia económica en Europa. Probablemente todos los países europeos dependen de la industria automovilística, con fábricas que producen miles de coches al año, lo que la convierte en uno de los mayores empleadores. Por desgracia, la industria del automóvil ya no prospera. Principalmente porque la mayoría de las empresas automovilísticas están intentando obligar a la gente a conducir coches eléctricos. El Green Deal es básicamente la dirección que el mundo entero debería estar tomando, pero como podemos ver, esto sólo se aplica a Europa. Muchas personas sólo verán esto como un intento de suicidio económico en Europa. La industria automovilística europea está siendo expulsada del negocio.

Una de las mayores empresas automovilísticas ya está empezando lentamente a cerrar plantas. Se esperaba que todo el mundo quisiera coches eléctricos, pero ocurre todo lo contrario. Las diversas subvenciones que los países europeos están utilizando para incitar a sus ciudadanos a comprar vehículos eléctricos no están ayudando a aumentar las ventas. El impulso a favor de los vehículos eléctricos en detrimento de los motores de combustión interna se debe a que éstos contaminan el aire. Se supone que los vehículos eléctricos son neutros en carbono y muy respetuosos con el medio ambiente. Desgraciadamente, mucha gente ya no se da cuenta de que la electricidad que alimenta los vehículos eléctricos tiene que producirse en algún sitio.

Europa, especialmente la República Checa, no está preparada en absoluto para el hecho de que, básicamente, algún día todo el mundo conducirá coches eléctricos. Por un lado, Europa obliga a sus ciudadanos a comprar coches eléctricos; por otro, las centrales eléctricas más ineficientes están a punto de cerrarse. Se tarda unos minutos en repostar gasolina, mientras que se tarda al menos media hora en cargar un coche. Además, la red de cargadores disponibles no es suficiente. La recarga en zonas residenciales también es problemática, y muchos usuarios de vehículos eléctricos ya han compartido experiencias negativas. Muchos propietarios de coches eléctricos no volverán a comprar un coche de este tipo. Otro problema es que no hay electricidad suficiente para cargar todos los coches. ¿Adónde vamos con este tipo de ideas?